sábado, 30 de abril de 2011

9ª Carta de José Velarde a Luis Montoto


Conil a 15

Madrid 9 Stbre 1879
Queridísimo Luis: cada día me acuerdo más de V. y crece mi amistad y mas deseo verle.
Aunque tardo en contestar a sus cartas (V. hace los mismo) no dejo de ocuparme de V. y mi mujer y yo echamos muchos párrafos sobre sus obras y nuestra buena amistad.
He visto con muchísima alegría que ha sido V. premiado en unos Juegos florales.
¿Sería V. tan bueno que me mandara enseguida “El Regreso”?
Crea V. que no se me cuece el pan desde que lo supe y anhelo por mementos saborear la obra de mi amigo querido y sabio maestro.
Estoy conforme en un todo con lo que me dice V. del libro.
Ahora no hago nada he empezado también que tengo mucho miedo.
Cree V. que el poco nombre que tengo lo creo usurpado; mucha parte de mi gloria se la debo a V. y tengo el placer grandísimo en consignarlo aquí como lo consignaré, cuando haya lugar a la faz del mundo.
Esto dado c[l]aro que mi nombre siga cotizándose en el mercado literario.
¿Es V. Padre?
Déme V. muchas noticias; hágame encargos; tengo muchas ganas de serle útil; no me olvide V. nunca.
Mi chiquilla sigue tan bonita, corretea toda la casa, es un encanto.
¿Me mandará V. “El Regreso”?
Ha de saber V. que me he mudado al centro de Madrid y le ofrezco mi nueva casa calle del Nao nº 6.3º izqda.
Afectos de mi mujer, póngame a los pies de la suya, de mis recuerdos a los amigos y reciba un abrazo muy apretado de su amigo
Pepe
Grilo está conmigo ahora y me da para V. mil afectos.








Esta carta se conserva en la Bibliotea General de la Universidad de Sevilla

domingo, 24 de abril de 2011

4ª Carta de Lucia Castro viuda de Velarde a Luis Montoto


Conil agosto 18/[18]92
Sr. Dn. Luis Montoto
Mi distinguido amigo: A los pocos días de recibir su atenta carta del 26 de Junio haciéndome el delicado obsequio de las copias fotográficas del retrato de mi inolvidable Pepe, empecé a agravarme en las dolencias y he pasado una malísima temporada, he estado verdaderamente grave y Dacanete a quien he tenido que consultar por la escasez de médicos que hay en este pueblo, condena mi padecimiento de una afección nerviosa al corazón, que quizás no sea grave pero que me ha tenido inutilizada para todo pues había días que tenían que vestirme. Ya aunque muy delgada estoy mejor.
Verdaderamente que es milagroso que yo viva sin mi maridito del alma.
Digo a V. todo esto por que no recuerdo si le contesté a V. dándole las gracias y demostrando a V. mi agradecimiento por su generosa atención.
Yo creo que le he escrito; pero conservo su carta entre varias que están para contestar y temo haber sido descortés con quien deseaba ser todo lo contrario.
Espero pues que por mis males y por el estado de ánimo en que me hallo, que no me doy cuenta de lo que hago, me perdonará V. si hubiera faltado involuntariamente.
De lo que me dice V de las fotografías, que sería preciso hacer un contrato con el fotógrafo, yo de esto nada entiendo; pero si le advierto, que esto no lo miro como negocio, solo lo deseaba por la gloria (y perdone V. la palabra) que en ello tuviera mi pobre Pepe. Si V. cree que eso ha de contribuir a su popularidad y buen nombre yo estoy dispuesta a hacer el sacrificio que mis fuerzas alcanzan y aun algo más, pues todo lo que contribuya ahorrar su memoria es para mí lo 1º
Piense V. en esto lo que mejor sea inténtelo y avíseme lo que haga.
Por mis males no vi a la Duquesa de Almodóvar pero por escrito me prometió que ella o alguno de sus amigos haría el encargo de los Tyllí.
Yo iré a Sevilla si Dios me da salud para 1º de Octubre.
Recordará V. que le hablé de haber querido Balart 1º acabar “Alegría” y después hacer una biografía y que a él le dí por que en persona vino a pedírmelo, los datos biográficos y las obra todas de mi maridito, corregidas y anotadas por su mano. Al llegar aquí con la promesa de V. le escribí relevándole de este trabajo por sus males, y pidiéndole los apuntes y los libros. No me contestó y el mismo día recibí su última de V. volví a escribirle. Mucho extraño que tampoco me contestase, pues mi pobre marido tenía en el una ciega fe, no se si se habrá enojado o si estará malo, pues yo no he vuelto a leer un periódico.
Aquí no tengo medios de sacar apuntes biográficos ni bibliográficos, esperaremos a ver si contesta y sino a la memoria le enviaré a V. los que pueda. Entre tanto y para que haga V. algo he escrito a Madrid para que le envíen las “Obras poéticas” y “Alegría” Yo prefería que tuviese V. los ejemplares corregidos por él y haré cuanto pueda por recobrarlos, pues calculará V. que son para mí de inestimable valor.
Dispénseme por las molestias, que le proporciono y cuente con la reconocida amistad de su muy at[ent]a. y afma. q r m b
Lucía C. de Velarde
Esta carta se conserva en la Bibliotea General de la Universidad de Sevilla

lunes, 18 de abril de 2011

En el álbum de vista de Sta. María de los Ángeles (Córdoba)


En el álbum de vistas de Santa María de los Ángeles (Córdoba)
Posesión del Excmo. Sr. Marqués de Peñaflor

¡Quién lograra la ventura
De contemplar las grandezas,
Los prodigios, los misterios
De aquella vírgenes sierras,
Por cuyos cerros, barrancos,
Bajadas, hoces y crestas,
Aventúranse tan sólo
Los pájaros y las fieras!
Nacen aquí en las cañadas
Tunas, pitas, madreselvas;
La vid silvestre en las lomas,
El naranjo en la ribera,
El pino en los arenales,
El castaño en las mesetas,
El acebuche en los riscos
Y el olmo en las alamedas.
Los corzos y jabalíes
Ampáranse en la breña;
Los lobos buscan asilo
En las medrosas cavernas,
Y el gato montés, la zorra,
El lince y la comadreja
Se disputan los encamos,
Guaridas y madrigueras.
No aquí el árbol polvoriento
Que al margen de la vereda
El caminante desmocha
Y el ganado descorteza,
Sino el roble añoso y fuerte,
Vencedor de las tormentas,
Que otras hachas no conocen
Que huracanes y centellas,
Y que ofrece generoso
La dura rama a la hiedra,
El follaje a la avecilla
Y el hueco tronco a la abeja;
Junto a la fuente que surge
Gota a gota de las peñas,

Y que, trocada en arroyo,
Corre entre mirtos y adelfas,
Se precipita en torrente
Que ruge, salta, espumea,
Se rompe en hilos de plata
Y se desmenuza en perlas,
Cuervos y águilas anidan
De los tajos en las grietas,
El pintado abejarruco
De las ramblas en la avena,
La tórtola en los pinares,
La perdiz entre la breña,
En los terrones la alondra
Y el pinzón en la maleza.
Vistos, desde alto, los ríos
Que en el valle serpentean
Y las lagunas cercadas
De olmos, juncos y mimbreras,
Parecen limpios cristales
Orlados de verde felpa,
O pedazos de los cielos
Caídos sobre la tierra.
Braman, rugen y suspiran
Torrentes, vientos y selvas,
Cantan, lloran y murmuran
Aves, fuentes y hojas secas;
Embalsaman el ambiente
El romero y la ajedrea,
El mastranzo y el hinojo,
El cantueso y la Alhucema;
Acusando solamente
Del hombre aquí la presencia,
De vuestro hogar bendecido
El humo que al cielo vuela.

José Velarde.

Madrid, Octubre de 1889
Inédita

viernes, 15 de abril de 2011

8ª Carta de José Velarde a Luis Montoto

Madrid y Julio 13 1879
Mí querido Luis: ayer recibí su carta extrañándome mucho que se queje V. de mí cuando era yo quien debiera estar quejoso.
No lo juro; pero si me atrevo a asegurarlo que estaba V. en deuda conmigo.
¿No acaba V. de recibir mi último libro?
Entre los 1º ejemplares que repartí envié uno para V. Ya todos aquellos a quienes los mandé al mismo tiempo y después que a V. me han acusado recibo.
Demasiado sabe V. que yo soy incapaz de olvidarle y ya irá V. viendo si Dios nos da vida como me ha de encontrar V. siempre cariñoso y buen amigo.
Toda la falta aquí es del correo pues yo más bueno que V. no quiero hacer acusaciones.
He visto aquí a Felipe Perez, y a ese como a todos los que viene de ahí le manifiesto mi cariño hacia V.
Mucho suelo ocuparme de V. siempre que de literatura se trata, con los escritores de por acá y con Sánchez Moguel

viernes, 8 de abril de 2011

7ª Carta de José Velarde a Luis Montoto




Madrid 23 Abril 1879
Querido Luis: creo que con estas llevo escritas tres cartas a V. a las cuales no me ha contestado. Que no me haya contestado a esta se comprende pero ¿y a las otras?
¿Recibió V. mi folleto? ¿Recibió V. la carta de Morphi? Y su Sra. de V.? ¿Y mis planes literarios?
Todas estas cosas son dignas de tenerse en cuenta y de todas ellas debía V. haberme hablado extensamente .






Con que haber si me escribe V. a vuelta de correo.
Es muy probable, casi seguro, que este sábado lea en el Ateneo.
Tengo un miedo cerval Dios esté conmigo.
No se si le dije a V. que soy el que visa o censura o como quiera decirse las poesías que se remiten a La Ilustración. Dn. Abelardo de Carlos está conmigo a partir un piñón y me ha encomendado su trabajo y me paga a buen precio las poesías, cosa que no hace con nadie.
Me da V. permiso para publicar en la Ilustración su carta de V. en décimas, corrigiéndola V. antes como le plazca; pues creo que la publicó V. corregida en El Español?
¿Quiere V. mandarme otras para que se publiquen?
Yo ansío servir a V. en algo porque le quiero mucho y le debo muchos favores.
Adiós amigo Luis escríbame V. muy pronto y largamente
Mil cosas de mi mujer para V.
A los pies de su Sra. y para V. un abrazo de su amigo
Pepe
Si ve a Álvarez tantas cosas y que me escriba y no sea tan holgazán como V.

Esta carta se conserva en la Bibliotea General de la Universidad de Sevilla

miércoles, 6 de abril de 2011

Pregón inaugural VII Feria del Libro José Velarde de Tesa González


PREGÓN INAUGURAL DE LA FERIA DEL LIBRO 2011 DE CONIL DE LA FRONTERA.
Mi agradecimiento y homenaje a Montserrat Sarto, maestra de maestras de fomento a la lectura en este país. Fallecida el 30 de diciembre de 2009 a los 90 años. Te recuerdo y me hace feliz saber que fuimos amigas.
Mi agradecimiento también a José Antonio Marina, filósofo, ensayista y pedagogo español, de cuyo bien hacer viene la fuente principal del discurso que nos ocupa.

 “A la gente no le gusta leer a pesar de la insistencia con que se sigue recomendando.
Entonces ¿por qué es tan importante leer? Para divertirme tengo las peliculas o la TV. Para conseguir información, los vídeos o los multimedia. Todo el mundo sabe que una imagen vale más que mil palabras. Entonces, ¿para qué gastar el tiempo leyendo libros, que es una actividad lenta, poco efectiva y, si me apuran, anticuada?
No sólo cuando estamos instruidos llegamos al placer de leer sino algo más radical: porque la inteigencia humana es una inteligencia lingüística. Sólo gracias al lenguaje podemos desarrollarla, comprender el mundo, inventar grandes cosas, convivir, aclarar nuestros sentiemientos, resolver nuestros problemas, hacer planes. Una inteligencia llena de imágenes y vacía de palabras es una inteligencia mínima, tosca, casi inútil.
Para que nuestra inteligencia sea via, flexible, perspicaz, divertida, racional, convincente, necesitamos en primer lugar, saber muchas
palabras. Ser miedoso no es lo mismo que ser cobarde. Sentir celos,no es lo mismo que amar. Ser listo no es lo mismo que ser inteligente. Podemos pasarnos de listos, pero nunca nos pasaremos de inteligentes.
Es cierto, una imagen vale más que mil palabras. En cierto sentido es irrebatible. También un olor vale más que mil palabras, y una caricia y una música y un dolor de muelas. Pero gracias a la palabra, que es un medio lento, desplegamos el significado de la percepción, que es un medio veloz. Hacen falta mil palabras para analizar una imagen. La imagen es una totalidad que nos seduce por la rapidez con que la captamos. La explicación, el razonamiento, la argumentación son frutos pausados de la palabra. Los medios audiovisuales no razonan. Su poder de persuasión va por otro lado.
La lectura nos parece más lenta que la imagen porque en la imagen lo vemos todo de golpe, mientras que el lenguaje está expuesto en líneas. Pero es precisamente al poner en líneas lo que vemos en bloques, cuando la inteligencia se desarrolla, porque entonces puede explicar las cosas, es capaz de razonar, de decidir justamente y de elaborar planes. Aquí está la gran utilidad de la lectura, que nos enseña a explicar y a explicarnos lo que somos, lo que sentimos, lo que nos ha pasado, lo que nos gustaría que sucediera. Las personas incapaces de hacerlo son inarticuladas, torpes, razonan con más dificultad, están pegadas a lo concreto, a la última imagen que les ha impresionado, les resulta difícil relacionarse con las grandes ideas de la humanidad, con sus grandes proyectos, con sus grandes sentimientos.
La imagen es contundente y presente. No nos dice nada sobre su historia y sus raíces. ¿Y por qué esto es importante? Porque sin conocer la genealogía de las cosas nos resulta muy difícil comprenderlas. Voy a ponerles un ejemplo. Imaginen que subimos por la escalera de una antigua casa. Los peldaños de madera desgastada nos llevan a una puerta vieja y de forma irregular. Podemos hacer una fotografía de ella, pero luego sería muy conveniente que nos la comenten, como en el texto de Sanchez-Ferlosio “Alfanhui”: La puerta de la pensión era oblicua por que el descansillo se vencía un poco hacia el vano de la escalera, cuando empezó a ceder por el peso, la puerta primitiva no encajaba bien con aquel marco torcido y desvencijado… por no hacer más extensa mi participación sólo decirles que para describir y comprender esa imagen se le dedicaron más de 30 lineas…”
Leer, hablar, escribir, es decir, explicar y disfrutar del mundo con palabras es una condición indispensable para desarrollar la inteligencia humana. Huir de la lectura es huir del argumento, de la razón, de la claridad, del análisis, de la capacidad de crítica. Es, en último termino, tener libertad. La ignorancia es iletrada. Esto conviene repetirlo en un momento en que estamos a punto de naufragar en la fascinación de las redes. Quien piense que conectarse con Internet supone algún progreso o entraña algún aumento de conocimiento es un memo tecnológico. En la red se encuentra sólo que se sabe leer. Los que proponen la red como una panacea están timando al personal. Es mentira que hayamos entrado en una maravillosa sociedad de la información. En todo caso hemos entrado en una “sociedad del aprendizaje”, donde saldrán a flote los que sepan aprender, los que leen más y mejor.
 La escuela, la menos la que conocemos en nuestro ambiente, se dedica primordialmente a enseñar, a impartir conocimientos. En la lectura hace falta una educación. El niño es en sí un potencial lector y necesita, para su desarrollo en este campo, una educación lectora. Si bastara la enseñanza, con todas las promociones de estudiantes que llevamos en nuestro sistema educativo, los adultos serían lectores autónomos. La realidad que tenemos nos dice que no es así, los adultos, y podemos incluir en este grupo a muchos maestros y profesores, no son lectores. Vemos que la enseñanza no es suficiente, hay que educar al niño para el descubrimiento del libro, para que piense y reflexione en lo que lee y sea esto para él una ayuda en su vida.
Podrá darse el caso de que luego, lea o no, se aficione o no a la lectura, pero estará capacitado para leer en cualquier circunstancia. Podría indicar un hecho de una actividad para que se entienda mejor: el nadar. Es importante saber nadar para hacer uso de esta habilidad, para tener consciencia que sabiendo nadar estamos capacitados para beneficiar nuestra salud, o por ayudar a alguien en un naufragio…No significa que nos dediquemos al submarinismo, pero nos complace saber que sabemos nadar y lo que ello nos aporta. Con la habilidad lectora podemos pensar lo mismo, quizás con más fundamento, porque la lectura desarrolla todas las funciones del cerebro y eso da un valor superior a cualquier otra actividad.
Mi admirado periodista y escritor, recientemente desaparecido, José Saramago, decía en una de sus convalecencias:
“Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio, que es bueno para la salud.Pero nunca he escuchado a nadie que le diga a un deportista, tienes que leer”
Deseo de todo corazón que ,cuando se acerquen a los libros que esta Feria del Libro de Conil hace posible que lleguen a sus manos, piensen que entre ellas tienen un tesoro, el más grande, las herramientas que nos han proporcionado los pensamientos, las ilusiones, la información para ser lo que somos por nacimiento: Seres libres.”