viernes, 26 de julio de 2013

Articulogía

Playa de la fontanilla

Sesenta mil satanases te lleven a ti y a tus refranes. Dime ¿dónde los hallas, ignorante, ó como los aplicas, mentecato, que para decir yo uno y aplicarle bien sudo y trabajo como si cavase?

Si no con estas razones del hidalgo manchego al socarrón de Sancho, con otras parecidas, aunque doradas como píldoras para quitarles todo amargor, increpaba yo hace algunos días á un condiscípulo mío que no pudiendo digerir el digesto, se ha dado á escribir artículos a troche y moche

- Tu eres el mentecato – me contestó – al tomar por de tanta monta asunto tan baladí. Si me escuchas con paciencia y yo acierto á explicarme, vendrá al cavo á convenir conmigo en que no hay oficio mas fácil que el de articulista, como no sea el de empleado, pues con aprender cierta rutinilla, allá van artículos á porrillo, sin tener que dar tortura al caletre con estudios y cavilaciones.

domingo, 21 de julio de 2013

Cartas de José Zorrilla al poeta José Velarde (1881-1891) Marta Palenque



«Mal que pese a cuantos quieran vestirse con ajenas galas, juntos correrán los nombres de Zorrilla y Velarde» (L. Montoto, Estafeta literaria, 1913)

El libreto Dauriat a Lucien: «Cuando os hagáis rico, entonce podréis vender versos» (H. de Balzac, Ilusiones perdidas, 1837-1843)




El nombre del poeta gaditano José Velarde está unido al de José Zorrilla, pues fue el impulsor de Recuerdos del tiempo viejo (1880-1882, 3 Vols.), deshilvanado y heterogéneo libro de memorias compuesto por las cartas que, dirigidas en un principio a Velarde, vieron la luz en Los Lunes de El Imparcial a partir de octubre de 1879. Zorrilla le dedico la obra: «Al egregio poeta Don José Velarde en prenda de amistad y agradecimiento, José Zorrilla. Barcelona, Iº de enero de 1881» y narró en los preliminares las circunstancias de este decisivo estimulo. Cuenta aquí la triste situación económica que atravesaba el 27 de junio de 1879, cuando recibió la noticia de que la pensión asociada a los Lugares Píos italianos (la disfrutaba desde 1871) había sido suprimida. Pidió entonces ayuda o trabajo a los editores Montaner y Simón, al arzobispo de Valencia, al empresario del Teatro Español y al ministro de fomento (conde de Torono), pero solo obtuvo promesas y poco dinero. El mejor apoyo vino de Federico Balart, a través de cuyas gestiones comenzó a publicar artículos pagados en Los Lunes de El Imparcial. A la vuelta de las vacaciones estivales, sus influyentes amigos y protectores movieron los hilos para que volviese a cobrar la pensión, aunque disminuida. Zorrilla siempre justificó este sueldo como una suerte de desagravio por haber perdido el derecho sobre sus obras más famosas (Don Juan, El zapatero y el rey), escritas antes de la ley de propiedad de 1847. el recorte le obligó a trabajar con más ahínco. La nueva corrió por Madrid y fue conocida muy pronto por escritores, artistas y el público general. En este momento entra en escena José Velarde, quien, gran admirador del poeta y escandalizado por su suerte, envió una carta abierta a El Imparcial, el 29 de septiembre de 1879, denunciando el hecho:

¿Cómo premia la patria los merecimientos de su esclarecido hijo?

Hoy que la edad le agobia y el trabajo le fatiga, le ha retirado la modesta asignación con que vivía y lo ha abandonado a la miseria, sin duda para que ciña a un tiempo a sus sienes la corona de laurel de la poesía y la espina del martirio.

Zorrilla contestó expresándole su satisfacción y comenzó a relatarle su vida, desgranando peripecias e infortunios: «La primera carta del bravo Velarde me dio pie para contar lo pasado en el cementerio al borde de la tumba de Larra: y por este recuerdo, como quien tira del hilo de una madeja enredada, fui yo tirando de mis pobres recuerdos del tiempo viejo hasta formar con ellos el mal devanado ovillo de lo contenido en este libro. La carta remitida por Velarde a El Imparcial se copia al frente de Recuerdos del tiempo viejo cuando se edita como volumen y su nombre se repite como receptor en las primeras epístolas. Desde este momento se convierte, además en el interlocutor de una correspondencia privada a través de la cual podemos profundizar en la biografía de zorrillesca.

Boletín de la Real Academia Española Tomo LXXXVIII Cuaderno CCXVIII Julio-Diciembre de 2008

Cartas de José Zorrilla al poeta José Velarde (1881-1891).
Marta Palenque

sábado, 13 de julio de 2013

Alma de mar (fragmento)


En las tardes de verano,
No ha mucho tiempo, solía
Encontrar allí un anciano
Que, como yo, se aplacía
Contemplando el océano.

El imperio de su faz,
Su nerviosa contextura
Y su voz áspera y dura
Contrastaban con la paz
De su vida y su dulzura;

Y supliendo la alta ciencia
Y el estudio de los sabios
Con el genio y la experiencia,
Cada frase era en sus labios
Una profunda sentencia.

A pesar de nuestra edad,
Nos puso en intimidad
El mismo amor de los dos
A la hirviente inmensidad
Que sirve de espejo a Dios:

Y aunque muy niño, al olvido
Dando amor, juegos y enojos,
Le escuchaba embebesido,
Con el alma en el oído
Y abierto, sin ver, los ojos

sábado, 6 de julio de 2013

Cartuja de Miraflores

XI

Cartuja de Miraflores

El ave teme desplegar el vuelo,
en la colmena enciérrase el enjambre,
el hombre en el hogar busca consuelo,
y trocados, en fin, la hartura en hambre,
en páramo el verjel, el agua en hielo,
la luz en sombras y en fragor la calma,
parece que gravitan sobre el alma
los nublados que cruzan por el cielo.

José Velarde

Este poema pertenece al libro Burgos : catedral, Cartuja, Huelgas : curiosidades, cosas notables de Burgos y sus cercanías